[Marzo 2014]
Nuestra idea era ir con un coche alquilado desde Maribor hasta Cracovia. Aprovechando que el itinerario pasaba cerca, decidimos parar en Bratislava, ya que Viena se hacía inviable para un par de horas.
Como digo, solo estuvimos en Bratislava la hora de la comida. Fuimos a una oficina de turismo a preguntar qué era lo más importante para ver y pateamos por allí. La ciudad en sí no es fea, aunque claro, si lo comparas con Viena tan cerquita…
Una cosa que yo valoro es que el turismo no está tan masificado como en Viena o en otras capitales europeas, lo que hace que también la visita sea más agradable.



Como en Eslovaquia y en República checa utilizan viñeta y nosotros ya teníamos la de Eslovaquia decidimos ir por allí, atravesando toda la zona montañosa. Haciendo caso al GPS acabamos entrando un cachito por una carretera comarcal de la Rep. Checa y entrando a Polonia por un bosque sin señalizar. La carretera hasta Cracovia fue un tanto inquietante, ya que era de varios carriles a 100 y de repente había pasos de peatones sin señalizar y sin semáforos. No sé si allí será normal, pero desde luego para nosotros no lo era.
En Cracovia nos alojamos en el Hostal Panda, muy bien de precio, el personal muy amable y muy bien situado.
La primera mañana allí la dedicamos a ver la ciudad. Lo primero que hicimos fue un free tour por el centro. Todos los que relacionamos Cracovia con la II Guerra Mundial estamos ocultando una muy buena parte de historia de la ciudad. Resulta ser una maravilla medieval que se ha conservado a través de las guerras. Podría decirse que es la «Praga polaca».





Al acabar este tour nos dio tiempo a comer algo por el camino e ir a hacer el tour por el barrio judio y el guetto. Esta parte de la ciudad ya no es tan bonita. Solo intentar pensar en las barbaridades que se hicieron pone los pelos de punta. Y claro, todos habíamos visto antes de ir la Lista de Schindler, que fue rodada en Cracovia. Y el acordarse de las escenas de la película y ver los escenarios reales es durillo.
Justo al acabar el tour entramos a la famosa fábrica de Schindler. He de decir que no es lo que me esperaba, ya que de la fábrica y lo que es la historia alrededor no se ha mantenido nada. Es una museo maravilloso sobre la ocupación nazi en Polonia. Con sus testimonios, su ambientación y fotos de época.



Nuestro segundo día fue la visita a Auschwitz. Para variar como en todos los viajes, nos acompañó el buen tiempo. Creo que mi paraguas ha viajado tanto como yo este año.
Supongo que lo sabréis, pero Auschwitz estaba dividido en 3 subcampos.
- Auschwitz I, que eran antiguos barracones administrativos, lo que permitía una «vida» un poco más fácil.
- Auschwitz-Birkenau, que es el típico de las fotos y películas con el tren. Los barracones eran de madera, con goteras, agujeros y unas condiciones mucho más lamentables que en el I. Es también donde se ubicaron los hornos crematorios tan sumamente grandes de los que se ha oído hablar tanto.
- Auschwitz III, que era un subcampo destinado a los
trabajadoresesclavos de una fábrica. De este campo no se conserva nada en la actualidad.
Cuando nosotros llegamos con el coche nos confundimos y fuimos directos a Birkenau, encontrandonos de frente con la imagen de las vías del tren entrando en el campo. Es una imagen tan sobrecogedora (y más en un día nublado) que solo con verla ya sientes angustia. Y eso que nosotros vamos de visita…

La visita empezaba en el campo I. Lo primero que pasas es la famosa verja de Arbeit macht frei y la doble alambrada. La visita a este campo se hace con un cacharro con cascos y una guía que te va hablando. Sobre todo se centra en el interior de los barracones, que lo han convertido en museo. Se ven muchas fotos del campo, de la llegada de los prisioneros, tatuajes que se les hicieron, objetos personales requisados y la que más impresiona, una vitrina del tamaño de una habitación llena de pelo humano. Al acabar con el museo se pasa al barracón donde se hacían los juicios y estaba la prisión en la prisión. Allí estaba prohibido hacer fotos, pero si ya era angosto estar en el campo, imaginad cómo serían las celdas.
Al salir de las alambradas y cerca de las casas de las SS están los restos de lo que fue la primera cámara de gas de Auschwitz. Estuvo en funcionamiento hasta que se abrieron las de Birkenau, pasando a convertirse en un bunker.




Nuestra visita continua entonces a Birkenau. Está a una distancia de unos 3km, por lo que nos llevan en bus. La visita allí continua con la misma guia, pero esta vez sin cascos, por lo que la mitad de las explicaciones te las pierdes como sea un grupo grande.
Esta parte se intentó destruir por los nazis en un intento de ocultar el genocidio, pero aún siguen quedando barracones que te hacen imaginar lo horrible que sería estar allí. Al igual que los prisioneros las visitas entran también por las vías del tren (andando, eso sí) y te encuentras lo primero con las plataformas de selección donde tanta gente fue destinada a morir. Tienen expuesto allí un vagón en el que dicen viajaban unas 200 personas. Es demasiado complicado imaginarse el nivel de hacinamiento que tendrían dentro.


Llegados allí nosotros ya estábamos completamente empapados, ya que llovía y hacía muchísimo aire. Y el único pensamiento que me venía a mi a la cabeza era «y yo tengo abrigo».
Lo siguiente a visitar son las ruinas de una cámara de gas. Por mucho que se nos haya dicho siempre que eran enormes hasta que no ves el tamaño de los cimientos no te puedes hacer una idea de la maldad que puede llegar a desarrollar el ser humano (y en concreto un señor bajito y con bigote).
Desde allí, entramos a lo que era el campo en sí, donde ya (sobre)vivían los prisioneros. Nos dejaron entrar en un barracón que había sido de mujeres. Muy amplio si no tienes en cuenta que era para unas 800 personas y algo resguardado del frío, ya que tenían la suerte de que estaba construido con ladrillos (mal construido, pero ladrillo). Y con el mal tiempo que hacía aquí terminó nuestra visita. En otros blogs he leído que permiten visitar también uno de los barracones de madera.

Eran solo las 4 y poco de la tarde, pero estábamos tan empapados que tuvimos que parar en un centro comercial (bastante cerca del campo de concentración, por cierto) a conseguir secar la ropa antes de seguir para Cracovia. Llegamos aún con tiempo suficiente de un paseo nocturno.
El último día antes de irnos echamos la mañana en ver las minas de sal de Wieliczka. A simple vista visitar unas minas de sal no suena muy atractivo, pero si la UNESCO dice que es bonito será por algo.
Resulta que la mina dejó de explotarse hace bastante tiempo y se ha convertido solo en una atracción turística. La visita se empieza bajando un montón de escaleras y andando por algún pasadizo que da la impresión de no tener nada que ver. Pero pronto se llega a la primera capilla, dedicada a San Antonio. En las sucesivas salas te vas encontrando de todo un poco (todo hecho de sal, claro), desde los 7 enanitos hasta una catedral subterránea donde todo es sal! Las paredes de la catedral están decoradas con escenas del nuevo testamento hechas en sal.





Al acabar la visita nos encontramos con que se pueden seguir haciendo recorridos más de espeleología que turísticos o volver a la entrada. Antes de volver comemos en el restaurante, que solo por decir que has comido a más de 100m bajo tierra merece la pena (y por cierto, tienen wifi).
En general es una visita que está muy recomendada, que no da para nada claustrofobia (quizás la útima subida que se hace en el ascensor de los mineros) y que merece la pena pagar por ella.
Desde allí ya nos fuimos hacía Maribor, perdiéndonos por las carreteras estrechas de la Polonia más profunda y viendo así maravillas como iglesias hechas completamente de madera.
En mi opinión Cracovia es una ciudad que merece ser visitada, tanto por la carga histórica que tiene como por lo bonita que es, lo agradables que son sus calles y la amabilidad polaca. Y sin olvidarse de que todo en zloti resulta baratísimo, pudiendo cenar hasta saciarse por unos 4€. Sobre la visita a Auschwitz es algo que es duro psicológicamente hablando, pero que es altamente recomendable que la gente conozca sobre el genocidio y la maldad humana para que no se repita (aunque lamentablemente se siguen haciendo matanzas a diario, ejem, ejem, Gaza). Y las minas de sal por el hecho de que no es fácil volver a ver tantísimas cosas talladas en sal como hay allí.




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