Viaje al sudeste asiático: una aventura inolvidable

[Enero 2024] Nuestro viaje al sudeste asiático fue una experiencia inolvidable. Optamos por la ruta Madrid-Singapur y Bangkok-Madrid con Turkish Airlines, lo que nos dio la flexibilidad de movernos por los tres países sin la necesidad de regresar al punto de origen para el vuelo de vuelta.

Nuestro itinerario incluyó Singapur, Malaka, Kuala Lumpur, Penang, Pattaya y Bangkok, en un recorrido de 15 días. Durante nuestra estancia, tuvimos la suerte de que coincidió con la preparación para el año nuevo chino, con templos muy decorados, animados mercadillos y un ambiente festivo en los chinatown. Además, coincidió también el Thaipusam en Kuala Lumpur.

El Thaipusam, una fiesta que desconocíamos hasta entonces, nos dejó asombrados. Es la mayor festividad hindú que se celebra fuera de la India. En Kuala Lumpur se celebra peregrinando a las Batu Caves, donde los devotos llevan ofrendas, especialmente leche, y algunos realizan actos de sacrificio físico desde cargar pesados kavadi en la cabeza hasta perforarse el cuerpo (labios, lengua). Además, para prepararse para el Thaipusam, ayunan, meditan y rezan.

Como turistas, nos sentimos privilegiados al presenciar estos rituales, casi como si estuviéramos viendo un documental en vivo. Fue sorprendente descubrir la amabilidad, la calidez y la apertura de la comunidad hindú en Malasia. No solo no nos echaron de sus templos durante las celebraciones, si no que nos animaron a participar. Te hacían gestos para que te acercaras y ponerte el punto rojo en la frente como bendición. Desde luego, una experiencia muy distinta.

Nuestra experiencia de viaje

Fue una aventura llena de contrastes y descubrimientos inolvidables.

Singapur:

Singapur, una ciudad moderna y relativamente cara en comparación con sus países vecinos, fue un buen punto de entrada en Asia, ya que no fue tanto el contraste. A pesar del calor, es fácil recorrer sus planas calles a pie y explorar libremente. Además de que todo lo turístico está muy cerca, el metro funciona de maravilla, así que no hay excusa!

Fuimos también a ver los espectáculos gratuitos de luces, que a nuestro juicio no merecen tanto la pena como ponen en los blogs… pero bueno, no está mal sentarse un ratito a verlos.

Destacar la comida en los hawkers, donde hay mucha variedad de comida asiática y a precios mucho más bajos que los restaurantes «de la calle».

Malacca:

Antes de empezar a preparar el viaje no conocía la existencia de esta ciudad. Pese a ser patrimonio de la humanidad de la UNESCO, la información que encontraba por internet decía que no había que tener muchas expectativas. Sin embargo, nos gustó bastante la ciudad.
La zona del centro que hay que visitar es bastante pequeña y se puede hacer fácilmente andando.

Mejor no limitarse solo a ver los monumentos de la guía en un taxi, hay que patear las calles, entrar en cualquier templo y disfrutar de todo lo que esta ciudad puede ofrecer.

Kuala Lumpur:

En este caso, nuestra sensación es un tanto agridulce. Según llegamos, nos encontramos con que grab nos cancelaba el viaje y no conseguiamos volver. Al final, tuvimos que ir en metro y patear un poco con las maletas. Nos alojamos en una torre de estas con piscina en la azotea, que tenía una pinta estupenda, pero que al ser tan barata estaba llena. El problema: tardar muchísimo en los ascensores. La ventaja: disfrutar de la vista de las petronas desde una piscina.

Tras esa primera toma de contacto, el tráfico caótico y el cansancio acumulado, no disfrutamos tanto.

Sin embargo, las batu caves y el Thaipusam fueron increíbles. Ahora, había tanta gente que para volver a la ciudad tuvimos el mismo problema…

Respecto al centro, se puede recorrer fácilmente andando y seguramente en condiciones normales se pueda coger un grab/taxi para ir a los sitios más lejanos, aunque el metro funciona también bastante bien. No es una ciudad especialmente monumental, pero «ni tan mal».

Transporte:

Si algo tenemos que destacar son los transportes en Malasia. Nos movimos entre ciudades en los autobuses más lujosos en los que hemos viajado, amplios, cómodos y bastante rápidos. Y a un precio irrisorio (menos de 3€ cada uno).
El tren igual, mejor que muchos trenes europeos.

Penang:

Llegamos a Butterworth lloviendo, así que cogimos un grab directamente al hotel sin cruzar en ferry a la isla de Penang. Esa misma noche, cuando dejó de llover un poco exploramos los alrededores del hotel. En este caso, no entendimos el patrimonio de la humanidad… Más allá de los edificios coloniales y el ambiente del las calles, nos pareció una ciudad totalmente prescindible.
Sin embargo, el templo Si Lok sí que nos pareció impresionante y que merecía mucho la pena.

Pattaya:

Para llegar hasta allí cogimos un grab directamente desde el aeropuerto. El hotel resultó muchísimo mejor de lo que esperábamos. No ibamos con grandes expectativas de Pattaya, conocida por el turismo sexual, sin embargo, creo que mereció la pena. Nos llamó mucho la atención la cantidad de turistas rusos que había. Es cierto que las playas no son nada buenas, pero hay muchas actividades que hacer que no tienen nada que ver con la prostitución. Aunque en realidad lo que más llama la atención es el santuario de la verdad. Es muchísimo más impresionante de lo que pensaba. La entrada son casi 15€ al cambio, pero con visita guiada.

Bangkok:

Bangkok, una ciudad que nos cautivó tanto en nuestra luna de miel como en este otro viaje. Templos, rascacielos, puestos callejeros, caos. Bangkok hay que vivirlo para poder describirlo. Solo diré que después de pasar 5 noches allí la primera vez, repetimos otras 5 noches. Por algo será.

Esta vez nos alojamos cerca de Khao San Road y lo único malo que destacaría son los vendedores de insectos fritos. ¿Qué necesidad hay de pasear con una bandeja con tarántulas fritas!!?

Bonus track: Estambul

Al volar con Turkish Airlines y tener una escala larga, tienes la opción de un tour guiado a la ciudad gratuito. Nosotros tuvimos el tour más corto porque no teníamos tanto rato. Nos llevaron en bus al puente de Galata y a la mezquita y palacio Dolmabahçe. Nos invitaron a un desayuno y nos volvieron a llevar al aeropuerto.